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miércoles, 5 de agosto de 2015

UNA, DOS O TRES


He perdido una mujer, o dos o tres, ya perdí la cuenta. Es doloroso perder una mujer, o dos o tres, no es bonito. Se que vendrán otras mujeres, muchas mas y también las perderé, es así. 
¿A donde se van todas esas mujeres que me dejan? 
¿O donde se quedan esas otras de las que me alejo? 
¿Donde se meten? 
¿Donde se esconden?
¿Yo no lo se, tú lo sabes?
Mejor bebo un poco para sentirme mejor, un poquito de ron para olvidar, para amainar las velas del dolor, para no recordar que soy yo el perdedor, el que se va quedando atrás, sepultado en despedidas amargas, enterrado en los malditos hubiera que me muerden la ausencia por las noches. Alguna vez me dijo mi padre: 
"¿Que chingados les haces a las mujeres que a todas las espantas?" No supe que decir, tal vez tenia razón al decir que yo era la causa de mi desolación. Mi padre me aconsejaba que fuera a buscar una mujer a las zonas rurales de la ciudad, que ahí las mujeres eran nobles, sumisas, que de seguro encontraría un mujer abnegada. Era verdad lo que decía mi padre, seguro hubiera encontrado una chica así, o dos o tres, pero no la cura para mis males. Nunca me han gustado las mujeres sumisas, no tienen sabor ni logro. A mi me gustan las mujeres rebeldes, las que huelen a libertad y seguridad, esas que no piden permiso, que no usan ropa interior, que no preguntan. Se que por ahí viene mi domadora, la que valdrá la alegría, la verdadera, la buena, la que lamerá mi amargura y mi dolor. Cuando llegue juro que le daré todas mis sonrisas, mis manos, mi ser, mi amor y mis letras, verdad de Dios que si. 

Modesto Ivan Zepeda Jr.

3 comentarios:

  1. esta padre te felicito cuidate junior te mando muchos abrazos

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  2. esta padre te felicito cuidate junior te mando muchos abrazos

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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