Vistas de página en total

martes, 29 de noviembre de 2016

REMENDADO Y CHINGADO


De pequeño uno es un diablo de las travesuras, una maquina devoradora de chucherías y de golosinas. La escasez de años es una virtud que sólo se vive una vez y va cambiando amanecer con amanecer. Uno jamas vuelve a ser mas joven que el minuto que va pasando y experimentamos cambios que poco a poco se van notando. Cuando eres niño uno no comprende el mundo de los grandes, la magnitud del peligro, ni el significado de un problema. Mas bien nos regimos por la gravedad de lo bueno y de lo malo que hacemos y de ahí partimos. Recuerdo una tarde que mi amigo Felipe y yo, estábamos jugando con una bicicleta muy vieja y destartalada, nos montábamos los dos en ella y pedaleábamos cuesta abajo a toda velocidad una y otra vez, llenos de risas y de adrenalina de niño. En una de esas carreritas a favor del viento, nos topamos con un hueco que había en el empedrado de la calle Simón Bolivar y salimos volando, afortunadamente no nos paso nada grave, Felipe se descalabro y yo me raje la entrepierna. Cuando nos dimos cuenta que pudo haber sido peor nos pusimos a llorar. Una señora salió corriendo de su casa y nos auxilio. Nos llevo a su cocina y mientras nos curaba las heridas disfrutábamos de una limonada muy fresca y sabrosa. A pesar de todo Felipe y yo no dejábamos de llorar y de moquear, y la señora nos trataba de consolar mientras con mucha dulzura remendaba con unos "curitas" nuestras heridas. Nuestro llanto no cesaba, estábamos muy preocupados y la señora nos pregunto que por que no dejábamos de llorar y en realidad no era tanto el dolor de las heridas o el tremendo susto que nos llevamos, lo que nos hacia llorar era que al llegar a casa nos esperaba una chinga mas por habernos lastimado. Nunca entendí eso de nuestros padres, si te hacías daño por andar de vago, o por hacer lo único que sabías hacer que era ser niño, te curaban entre regaños y al final, ya remendaditos, te chingaban. 

1 comentario:

  1. Eso es verdad!!!! además que te rompías el alma, te ponían un buen jabón en casa, muy bueno querido Modesto Zepeda, Jr, gracias mi Poeta de la Luna Llena, besos de luz.

    ResponderEliminar