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domingo, 22 de noviembre de 2015

DEJA DE ATORMENTARME PARTE III



Es de día y no de noche e igual siento esta visceral melancolía. 

Necesito olvidar, me hace falta dormir, dejar de sangrar, dejar de sufrir. Ya ha pasado mucho tiempo y todavía apesto a sus besos, a sus pechos, a su sexo, dulce cielo descarriado. Su rostro se ha borrado por completo de mi mente, pero no su sonrisa ni sus caricias o su desnudez. 

Me duele.
Todavía me duele. No me doblega pero me duele aunque ya no la busco, tampoco pregunto por ella, no me interesa, al menos no tanto, y sin embargo, no entiendo como a las dos de la tarde y con hambre se puede extrañar así, debe ser una mala costumbre, una adicción o que sé yo. 

Ampútate de mi, sácame ese veneno que no termina de envenenarme. No te quiero pensar más, no debo, no quiero seguir contigo en mi mente. 

Es de tarde y me siento tan solo... tan nada, tan sin ella, tan desnudo de todo lo suyo, sin su brisa, sin sus manos. El día con tanta melancolía y tantísima ausencia se hace noche, oscurece mi alma de sol y cielo azul. 

Maldita esa suerte que me tiene así, sangrando sus recuerdos y su amor. Me pregunto como puede joder así algo que tanto amé y tanto amo. Sé que este dolor no será eterno y que pronto, tanto mis días como mis noches serán de vida y esperanza.
Desnudo de dolor y de lagrimas, veré la dicha a todo color.

Modesto Ivan Zepeda Jr.

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