Me hiciste daño, mucho daño, demasiado. Fuiste despiadada y descorazonada, no te mediste ante tanta crueldad. Fría, tonta y vanidosa, esos fueron tus últimos colores. Ninguna mirada tierna me dejaste, ni una sonrisa consoladora, menos un abrazo de esperanza o de despedida. Pero sabes, a pesar de todo ese negro pasado te extraño todavía, te extraño muchísimo, unos días no tanto, pero algunas noches demasiado.
Tengo que aceptar que me duele todavía tu partida, mi herida sigue todavía viva, llorando, sangrando. Muchas veces le grito a mi almohada tu ausencia, es muy triste gritar así, a solas, tan solo, tan nada. Te confieso que te he maldecido, te he reventado en ofensas e insultos, pero enseguida me arrepiento y te pido perdón entre labios, desde acá hasta allá, donde estás tú.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
:( es una de las cosas más impactantes que he leído. Me mató el final.
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