Todos sucumbían ante su despampanante belleza, nadie resistía su presencia y le regalaban la mirada con quien sea que estuvieran. Aquella bella mujer tenía la vida en su sonrisa, el sol en su mirada y la luna de adorno entre sus labios. Unos decían que era una princesa desterrada. Otros decían que venia del cielo, que era un ángel expulsado del paraíso. Nadie en realidad lo sabia, yo era el único que conocía la verdad. Un día de lluvia y soledad, me la encontré en un parque, un parque lleno de árboles y flores, tarareaba una bella melodía. Al mirarme me sonrió y me miro, sus ojos tenían el color del mar, fue cuando supe que no era mujer, sino una bella sirena.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
Los sirenas son como ángeles del agua y llevan en la mirada el universo del amor . Siempre que aparecen intentan tocar el alma de quien las logra ver , sólo por ver en el espíritu del otro nuevamente la felicidad de su ser.Es muy hermoso tu poema Jefe , hoy esta sirena se siente feliz porque tocó un alma buena y le mostró los rayos del atardecer. Un besote y mil gracias por tan bonito regalo
ResponderEliminarUn placer Sirenita!!!
EliminarEste lo quiero leer mañana , pero como no lo puedo copiar , me llevo el blog entero :)
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