Tu mirada lo es todo y yo soy todo en tu mirada. En tu boca esta la fruta que bendice mis días, la fruta que acaramela mi alma. No existe sueño que no se trate de ti, no existe nube que no me lleve a ti, no existe amanecer donde no huela a ti. Toda tarde de lluvia me recuerda a ti, a tus labios asesinos de tu ausencia y mis pesares. Juro que eres el árbol de vida que alimenta el fuego de mi sentir, la caricia divina que me hace inmortal cuando estoy atrapado en el calor de tu pecho que canta mi nombre. Soy un loco enamorado, un loco afortunado que posee hasta la ultima de tus sonrisas, el color de tu mirada y la fortuna de ser el testigo de tu cara excitada cuando te hago el amor sin mesura por la madrugada.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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