Ella me dijo que tenía frío,
mucho frío y yo la abrace,
le di el calor de mi pecho
que siempre es fuego
y la apreté contra mí con fuerza,
con ganas, como si fuera la ultima vez.
En segundos ella ya no estaba helada,
había dejado de temblar,
ya no tenía frío, me tenía a mi.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
Bello sentir, hermosas palabras.
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