Mantrame mis sonycas y mis cromosilias. Con la flora de tu fauna haprigame el bisonio y baja hasta los yoxtos. Deja que llegue la pausapuesta de tu estática solencuevada, e iluminame la mancha de mis ganas y el ombligo de mis sexojurias. Crupicame en expasmos aurizules de tu mar inbersus, de tus remuerdosos bordes de dulcísimos dulcinios. Al llegar a la petita mortita pausea, luciergame y luego uno, dos, tres y nelfasame, absuelveme y cierra tus lunas y relame de nuezo.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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ResponderEliminarExacto Isabel, tú si sabes.
EliminarExcitante, pleno
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