En la obscuridad de mis lamentos,
en la niebla del mar de mis pesares y mis quebrantos,
te eriges como un faro que me alumbra hasta el pasado.
En tus ojos encuentro la calma a mis temblores y mis maremotos, y en tus labios ahogo estas ganas de amar sin voltear atrás. Navego frenéticamente en los litorales de tu piel, buscando la razón de este amor por ti,
de estas ansias locas estar todo el tiempo cerca de ti,
en las habitaciones de tu carne y de tu miel. En repetidas ocasiones he estado apunto de perderme en la vastedad de tu mar,
pero justo en el momento final,
la luz de tu amor me guía hasta el lecho de tu litoral.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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