Tu fruto es divino y galaxia de mi universo.
Tu nombre ya es parte de mis letras,
de mis sueños, de mis anhelos.
No existe ningún lugar donde yo
más quiera estar como en tus brazos,
como en tus labios, como en tu espalda.
El eco de tu mirada me atraviesa el alma,
la vida, mi pensamiento, todo me sabe a ti,
todo huele a ti.
A toda hora escucho tus pasos corriendo hacia a mi,
el arco iris de tu sonrisa que se acerca
y con fuerza me abraza.
Los colores son ahora colores
y los arboles son arboles, cuanta belleza
antes de ti me perdía y ahora todo
con tu amor me parece maravilla.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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