Es verdad, todavía te pienso, no me da pena, te pienso, lo sabes y la noche también. Hago cuentas de cuanto te quiero todavía y aun es mucho, muchísimo y no me da pena. Tus besos siguen siendo mi bebida favorita, altamente escasa hoy día, ya no es potable el camino hacia el baso de tus besos y me da pena. Algunas de tus fotos sobrevivieron al terremoto de mi duelo y las lloro todos los martes por la noche y los jueves cuando ya esta por amanecer y no me da pena. Te he visto en varias cabelleras y nunca eres tú y quisiera que fueras tú y que con una de tus bellas sonrisas me dijeras algo, no sé que, pero algo que me ayude a no sentirme tan sin ti. Creo que es absurdo quererte todavía, ridículo, pero fuiste muy importante en mis días y te quiero y no hay remedio y no me da pena y estiro la mano para alcanzar las estrellas y es tonto, porque es imposible alcanzar las estrellas y aunque así fuera, no estarías para recibirlas y no me da pena.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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