Hemos caído en un abismo de deseo y lujuria, donde la carne puede más que la cordura y donde las ganas pueden más que la abstinencia.
Nos conocemos tal cual, lengua y piel, hemos disfrutado de nuestros olores y sabores, y estamos conscientes de que será muy difícil encontrar otros mejores.
Abre tus piernas y se vida, conviértete en fuente de libertad, en gozosa quimera, besa mi pecho, acábame con tus pechos y ahógame en tu sexo.
Ya es demasiado tarde para cerrar la puerta del placer, nuestros cuerpos pueden más que mil doctrinas religiosas, mientras tú quieras yo voy a querer y mientras me abras las piernas de tu sexo, gustoso de el yo comeré.
Modesto Ivan Zepeda Jr.
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