Amo tu piel tostada, le ternura de su suavidad y como te mojas ... los labios cuando la profano con mi lengua. Eres maravillosa, perfecta, sublime, fenomenal, pero cuando me das la espalda eres una sobredosis de placer y delicia. Perderme en tus ojos cuando estoy encima de ti es navegar la profundidad del infinito en cuestión de nada. Besarte es convertirme en lujuria, en una bestia sedienta de todas las ardientes comisuras de tu cuerpo. Quédate inmóvil, quieta, déjame hundirme en ti admirándote completamente mía, a mis órdenes y a mi disposición. ... Ya más tarde, cuando caiga la noche, abra más, será a tu manera y las veces que tú quieras.
MODESTO IVAN ZEPEDA CARRILLO